Una luna sin miel de Lauren Billings
Frunce la nariz y mis ojos siguen el movimiento. Sus pecas fueron lo primero que noté cuando la conocí. Ami tiene algunas, pero Olive tiene doce, dispersas por el puente de la nariz y las mejillas. Podía imaginarla antes de conocerla (sabía que era la gemela de la novia de Dane), pero no estaba preparado para las pecas y la forma en que se mueven cuando sonríe, ni para la adrenalina que me recorrería las venas cuando me saludó.
|