Olimpia de Laura Mas
Sobre mi pecho reposaba un semidiós. Alguien a quien le aguardaba un destino glorioso como futuro rey de Macedonia. Contemplé de nuevo a mi pequeño y lo abracé con todas mis fuerzas antes de volver a cerrar los ojos. Unidos el uno al otro, nuestros corazones se fundieron dispuestos a seguir latiendo sobre la faz de la tierra.
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