Las Hijas de Tara de Laura Gallego
—Tara no es una diosa a la que haya que adorar —respondió Keyko sin alterarse—. Tara es la Tierra. Tara somos todos nosotros. Protegiendo a Tara, nos protegemos a nosotros mismos. Los urbanitas no queréis reconocer que si no hubiese aparecido Mannawinard el ser humano haría ya tiempo que se habría destruido a sí mismo.
|