Piscinas vacías de Laura Ferrero
Siempre que llovía quería salir a mojarme y cerrar los ojos. Quería pensar que yo también podía ser agua que se deslizaba por los árboles y por las calles, que formaba charcos en las aceras y llenaba los embalses vacíos. Agua que se precipitaba sobre el mar, que empapaba mi pelo y rodaba por mis mejillas.
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