Pellizcos de Navidad de Lara Smirnov
(…) Nervioso, como si fuera un niño intentando coger una golosina del tarro antes de la cena, dejó el regalo cerca de la mano izquierda de la paciente. Elevó la barandilla para que con un gesto no lo tirara al suelo. Se llevó las manos a la cara y se la frotó intentando con ese gesto frenar sus impulsos, pero sirvió de poco. De un arrebato se agachó y se regaló un pequeño adelanto de su regalo. Cuando sus labios rozaron los de Abril, supo que ese pálpito que sintió al verla no se equivocaba. Quería aquello. Sus labios. A ella. —Feliz Navidad —susurró y con verdadero esfuerzo se apartó y condujo sus pies hacia la puerta. |