La chica que vive al final del camino de Laird Koenig
De pronto, mientras continuaba, apartándose, se topó con algo a su espalda que le bloqueaba la retirada. Sin atreverse ni siquiera a respirar, estiro la mano hacia atrás y se encontró con la mecedora balanceándose desbocada atrás y adelante ... atrás y adelante.
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