La chica que vive al final del camino de Laird Koenig
Con cuánta frecuencia la llenaban de estupor las mentiras de los adultos. Mentiras tontas, fáciles de desarmar. ¿No recordaban lo difícil que es engañar a un niño? ¿Es que habían olvidado que, cuando se trata de mentir, los niños se las saben todas?
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