MATHEW AND AUSTIN: DESCUBRIENDO REINOS LEJANOS de LILY.G RAFFERTY
Sigmund había llegado al castillo y estaba esperando escondido detrás de la vegetación. Un cuervo se posó sobre una de las ventanas del salón del trono y esperó pacientemente hasta que el espía notó su presencia. El caballero abandonó el castillo y se dirigió a los jardines para salir por los portones laterales; dio orden a los guardias de que abrieran el portón y caminó acompañado por el ave, que había volado desde la ventana y le marcaba la ubicación a donde debía dirigirse. —¿Qué está haciendo aquí? —preguntó a Sigmund al verle—. Es muy peligroso; si nos ven, puedo quedar en descubierto. —Tengo órdenes de mi señora. Dice que nos libere una entrada y aliste a sus aliados. Cuando todo esté listo, solo envíenos el ave de vuelta y atacaremos". —Informe a la señora que el rey ordenó llamar al Maestre de los Gurris para que lo ayude a desarmar el hechizo. Los soldados van salir esta noche. Los voy a enviar por el bosque para que atraviesen la aldea Robols: que preparen una emboscada, así ese mensaje no llega a manos del Maestre. —Así lo haré, señor. El caballero volvió sobre sus pasos y se dirigió hasta la entrada, donde estaban los dos guardias que eran leales a sus órdenes. —Quiero que estén listos. Esta zona la quiero limpia: ningún soldado leal al rey debe estar por esta entrada y este sector de los jardines. —Sí, señor, me ocuparé de ello —respondió el soldado |