LA DAMA DE HAWTHORNE de Kristi Ann Hunter
Alzó la vista y se encontró con Georgina sonriéndole abiertamente, de forma natural y sin segundas intenciones. Seguramente era la primera expresión genuina que había visto nunca en su rostro. Ella le dio un empujón en el hombro con el pie. —Y usted que creía que no sería uno de esos hombres que caerían a mis pies. |