A la caza del diablo de Kerri Maniscalco
Te caíste. ¿Entonces? ¿Te quedarás allí, llorando sobre las rodillas desolladas? ¿O te quitarás las faldas, te arreglarás el cabello y seguirás adelante? No renuncies a tu esperanza. Es una de las mejores armas que cualquiera posee.
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