Luna llena de Keri Arthur
Me tomó la mano y se la llevó al pecho, junto a su corazón. Su pulso firme resonó a través de mis dedos y supe, sin que dijera una sola palabra, lo cerca que yo había estado de dejar esta vida. —Nunca vuelvas a intentar morirte otra vez, ¿me oyes? No te lo permitiré. Nunca. Las lágrimas me inundaron los ojos y las aparté con un parpadeo. |