Creí que lo había perdido todo de Kena García
Nadie tiene el derecho de imponer su gusto por encima del nuestro, quien lo hace no merece nuestra presencia y mucho menos nuestro amor. Lo quiero a mi lado pero ni él ni yo debemos renunciar a lo que somos. Podemos ser flexibles tolerantes y respetuosos el uno con el otro pero nunca debemos renunciar a lo que somos en esencia para agradar a quien aprecia la magia de la autenticidad.
|