Invernando de Katherine May
Saco un lápiz y un trozo de papel y le hago el mismo diagrama que solía dibujar a mis alumnos: un gráfico con una curva que parece una sonrisa torcida. —Esta es la forma de una buena historia —le digo—. Esto es el principio y este es el final. Y en el medio, ¿ves?, siempre está el punto más bajo. Se llama el nadir… es el momento en que las cosas están tan mal que no crees que pueda haber una salida. —O sea, que así es como es de verdad —dice—. Así es como funcionan las historias. —Sí —contesto—. Salvo que, en la vida real, sigue. La aventura no se acaba en la última página. |