El despertar de Kate Chopin
Por momentos, al señor Pontellier le parecía que su mujer podría estar perdiendo la cordura. Era evidente que ya no era ella misma. Es decir, no entendía que estaba transformándose en ella misma precisamente, dejando cada día un poco más atrás a ese personaje ficticio que llevamos como un disfraz, y con el que nos presentamos ante el mundo.
|