Hermosas criaturas de Kami Garcia
Sentí que se me doblaban las rodillas. Justo mientras perdía la consciencia, sentí el viento, o una fuerza que literalmente arrancó mi brazo de la mano de Ridley, como si ella también hubiera sido aspirada hacia el exterior de la habitación, hacia la puerta principal. Me estampé contra el suelo y escuché el grito de Lena, o creí oírla. —Aparta tus sucias manos de mi novio, bruja. Novio. ¿Eso era yo para ella? Intenté sonreír. Pero, en vez de eso, me desvanecí. |