Es una lectura muy entretenida e interesante. Hace que pienses en las dificultades a las que han sobrevivido los centenarios en Japón: guerras, bombas nucleares, hambre, profunda crisis económica, terremotos, tsunamis... pero hay que reconocer que por su propia visión del mundo salieron fortalecidos. No podemos seguir sus consejos de alimentación, nuestra base dietética no se parece en nada. Aún así, hay otros aspectos que sí pueden sernos útiles. Un señora de 102 años dijo una frase estupenda: Todos conocen el Everest, nadie sabe cual es la segunda montaña más alta del Mundo. Así que cuando en una competición deportiva quedó la segunda, se esforzó más. Gracias a su voluntad superó a nadadores 30 años más jóvenes. ¡Ese es el espíritu! |