Poesía completa de Julio Mariscal Montes
XX Pasan hombres oscuros con su miseria a cuestas, son los abandonados, los proscritos del sueño, hombres con horizontes de monedas y olivos que no alcanzan la tierna perfección de la rosa. Es inútil gritarles: aquí tienes el oro, en este cielo puro millonario de estrellas, ven a saciar tus manos en los lentos crepúsculos a coronar tus ansias de brisas y recuerdos. Es inútil gritarles porque seguirán siempre disputándole céntimos al alba o a la nube, calculando los acres de cada sementera aunque el surco delire florecido de alondras. Pero tú y yo sabemos, Soledad, de ese niño cuyo llanto levísimo colma la madrugada, y que este andar soñando por caminos de luna es algo más que el tópico de un siglo amortajado. Deja que ellos prosigan con su lastre en el alma cautivos en el debe y haber de las fanegas, ligeros de equipaje, aquí estamos nosotros bebiéndonos el mundo con nuestras ilusiones. De: Pasan hombres oscuros, 1955 |