Poesía completa de Julio Mariscal Montes
El Comedor Aquí, junto a la puerta, se sentaba mi padre, mi madre, enfrente, taciturna, lejos y nosotros, los cinco hermanos, éramos un de acá para allá, un disputarnos el sitio más cercano o más distante... Aquí, para el cocido de los jueves, para el pan y el sosiego de toda la semana, mi padre hablaba poco, un esbozar apenas una media palabra que mi madre solícita y distante completaba. Y nosotros, un loco gorjear de jilgueros comentando las clases, los paseos, el cine, y la naranja viva, meridional y roja como un punto y aparte a nuestras discusiones. Ahora soy yo quien tiene un sitio señalado, ya desaparecidas las arrugas, las canas de mis padres, bajo un lomo de piedra mis hermanos o hacia otro comedor con nuevas luces. Soy yo quien dice a medias las palabras sin encontrar un dejo maternal que las clame, soy yo quien lejos de todo lentamente me anudo al corazón la servilleta, esperando que un día, de un hachazo ya la vida del todo se me vaya como un punto y aparte a nuestras discusiones, de este comedor donde clavo mis recuerdos ahora. (De: Trébol de cuatro hojas, 1976) |