Poesía completa de Julio Mariscal Montes
Nada Todo se fue quedando entre los años: travesuras azules, tardes sosegadas, la esperanza de verte en cada esquina, el esquilón de pena, la alegría... Todo se fue ¿Y cuándo señor, dime? ¿Cuándo que ni siquiera lo he notado? De la luz a la sombra, del domingo a este cárdeno viernes con tres cruces. El alma, vacilante, siempre espera, el alma, es niña aunque se desmorone, pero ¿Qué espera ya? ¿Es que algo espera? ¿Es que algo, Señor, hoy todavía? No quiero abandonarme a la tristeza: Señor, tu no me dejes que me clave en el duro acerico de ahora mismo, déjame al menos que me pierda por esos claros, densos nubarrones que forman el baúl de los recuerdos... (De: Trébol de cuatro hojas, 1976) |