El discurso del oso de Julio Cortázar
En verano nado de noche en las cisterna picoteada de estrellas, me lavo la cara primero con una mano, después con la otra, después con las dos juntas, y eso me produce una grandísima alegría. |
El discurso del oso de Julio Cortázar
En verano nado de noche en las cisterna picoteada de estrellas, me lavo la cara primero con una mano, después con la otra, después con las dos juntas, y eso me produce una grandísima alegría. |