Puro de Julianna Baggott
—Déjalo —dice Pressia, que tira de la escalerilla. Pero cuando pone el pie en el primer escalón, el chico le mete el papel doblado en el bolsillo. —No te hará daño. —¿Sabes una cosa? Tú también eres de una clase —dice Pressia. —¿De cuál? No sabe qué decir; nunca ha conocido a nadie como él. Los pájaros de su espalda parecen intranquilos, las alas se agitan bajo la camisa. Los ojos del chico parecen rumiar algo, la mirada es intensa. —Eres un chico listo, seguro que lo averiguas tú solito. Mientras sube la escalera Bradwell le dice: —¿Te das cuenta de que acabas de decir algo bueno de mí? Ha sido un cumplido, todo un piropo. Aquello no hace sino enfadarla aún más. —Espero no volver a verte nunca. ¿Te ha gustado ese piropo? |