La suma de todos los besos de Julia Quinn
Hugh nunca sería capaz de hacer eso. Debía olvidarse de montar a caballo, de bailar, de cazar y de todas las cosas que tanto echaba de menos desde que una bala le había destrozado el muslo. Nada de eso parecía importar ya. Jamás cogería a una mujer en brazos. Nunca se había sentido menos hombre. |