Cada vez que te beso: Volume 3 de Juani Hernández
Cuando se separaron, él le tomó las mejillas para mirarla directamente a los ojos, y los de Diana apenas contenían las lágrimas. -Te quiero, Diana, y no puedo expresar con palabras cuánto... Infinito. Ella ahogó un sollozo y se cubrió la boca con una mano, aunque sus ojos llorosos sonreían. -Infinito -le respondió como pudo, y él la abrazó, sintiendo que el cuerpo de esa mujer, su alma, su corazón, toda ella, era el templo de su felicidad. |