El Paciente de Juan Gómez-Jurado
Estoy acostumbrado a que los pacientes se abran y cuenten sus intimidades en mi consulta. Todos acaban haciéndolo antes o después, incluso los más fuertes o reservados. Porque necesitan creer en mí, en ellos mismos, en sus propias posibilidades. Todos tienen algo que explicar sobre sí mismos, algo que decir, y el hecho de ver la muerte de cerca acucia esa necesidad. Como si mi mano fuese a ser más precisa porque ellos mereciesen vivir. Como si me correspondiese a mí juzgarlo o tuviese la potestad de cambiar las cosas. |