La senda de Prometeo de Juan Carlos Garrido del Pozo
Tras poco más de un año de trabajo, el comité había llegado a una conclusión devastadora: apenas se precisarían veintiséis libras de Uranio para fabricar una bomba y ésta poseería la potencia equivalente de mil ochocientas toneladas de trinitrotolueno. Un segundo corolario postulaba que la fisión controlada podría aportar energía calorífica para alimentar máquinas y constituiría una fuente de radioisótopos, si bien, una vez considerado el primero, el último casi se antojaba una anécdota.
|