Nadie contra nadie de Juan Bonilla
Occam casi siempre lleva razón pero nos complicamos la vida tratando de convencernos de que la vida y sus hechos deben de ser más complejos de lo que son, de que hay tantas cosas que se nos escapan y en las que reside una recomendación explicación retorcida que es imposible satisfacerse con la explicación más simple y sensata, que suele además ser la primera que se nos aparece. |