Qué fue de los Mulvaney de Joyce Carol Oates
Sin embargo, no fue tan divertido una mañana de enero en que el termómetro exterior en la ventana de la cocina se mantuvo a diecisiete bajo cero, y los regueros de lágrimas se congelaron en las pálidas mejillas de Marianne, (...) Pero asi era, las lágrimas que ella creía secretas, se habían convertido en hielo para que todos las vieran
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