Un chelín para velas de Josephine Tey
- Sé que no le caigo bien, inspector, pero le juro por Dios que me gusta usted y le juro por Dios que esa mujer es horrible. ¿Cree que sería capaz de olvidar por un momento que somos el famoso detective y el abyecto sospechoso para que podamos comer juntos a pesar de todo? Grant no pudo evitar sonreír. No tenía nada que objetar. |