Montañeros, una dama en las cumbres de José de la Rosa
—Tengo un problema, Chaz. —¿Y cuál es? —volvió a besarle el cabello. Olía como nada que hubiera disfrutado hasta entonces. Un aroma que no olvidaría jamás. —Que me gustas. |
Montañeros, una dama en las cumbres de José de la Rosa
—Tengo un problema, Chaz. —¿Y cuál es? —volvió a besarle el cabello. Olía como nada que hubiera disfrutado hasta entonces. Un aroma que no olvidaría jamás. —Que me gustas. |