Montañeros, una especie en extinción de José de la Rosa
(…) Debía reconocer que la aparición de aquel tipo le había causado cierta impresión. No se parecía en nada a los hombres que había conocido hasta entonces (…). Había algo salvaje en él, casi animal. Algo que se podía sentir solo con tenerlo cerca. Un ímpetu, o una fuerza que partía de aquellos ojos extrañamente azules y se manifestaba en cada uno de sus movimientos vigorosos.
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