Prosa literaria y política / Poesía lírica / El estudiante de Salamanca / El dia de José de Espronceda
Romance Yo sé que estás enojada, y sé la razón, señora, que de cortés caballero falté a la palabra honrosa. No trato de disculparme, si es mi falta mucha o poca: sólo sé que no he cumplido con mi deber, y esto sobra: mas yo sé que en perdonar amables ojos se gozan, que si antes bellos parecen, más bellos son si perdonan. Tú en mí perdona un culpado, que harto es mi culpa penosa; lleve en mi falta el castigo, que él iba en mi falta propia. Perdóname; así en tus brazos ojalá estreches gozosa al que, terror del tirano, el libre pendón tremola; al que en los mares de Alcides, el astro sigue de gloria con el ánimo invencible que ningún peligro doma. ¡Ojalá pronto le abraces, y le ciñas las coronas que de laurel a los héroes tejen Minerva y Belona! Y en tanto que sus hazañas la fama al mundo pregona, tú con plácida sonrisa admite mi humilde trova; y espera que pronto el día llegará de la victoria, y oirás más altas cancones, a par con él venturosa. |