Mi planta de naranja lima de José Mauro de Vasconcelos
Iba a cambiar de películas. Nada de películas de cowboys, ni de indios, ni de nada. En adelante solo iría a ver películas de amor, como las llaman los mayores: películas en las que hubiera muchos besos, muchos abrazos y en las que todo el mundo se quisiese. Ya que yo solo servía para cobrar, así podría ver a otros quererse.
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