Vamos a calentar el sol de José Mauro de Vasconcelos
Desde pequeñito me llamaban hijo del diablo y decían que en Navidad nunca nacería para mí el Niño Jesús y sí el diablo en persona. Pues, si no nació, en aquel momento me acompañaba. Se había vuelto mi amigo íntimo y «maestro».
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