Estudio en negro de José Carlos Somoza
Los cristales me cayeron encima. Y detrás me cayó Robert. Me hizo levantar con una sola mano. Era más bajito que yo, muy rechoncho y más viejo, pero era un hombre, claro. Su fuerza era descomunal. La mía solo servía para cuidar y curar. La de él era terrible. Destructora.
|