El día del dragón de José Antonio Cotrina
—Que alguien me pellizque, por favor —se oyó decir a Carol—. Estoy soñando. Esto tiene que ser un sueño. —¡Ay! —exclamó Fran cuando Kang Dae le propinó un fuerte pellizco en el brazo—. ¡Lo ha dicho ella, no yo! —Tú estabas más cerca —dijo su amigo |