Oh, maligna de Jorge Edwards
"Nunca en su vida, pensó, había estado tan conmovido. Tan desarmado, tan arrasado por dentro (...) Nada, sin embargo, era comparable con esto, con la noche birmana, con la espera nocturna, desesperada, angustiosa, y a la vez indescriptible, grandiosa. Josie, la incomparable Josie..."
|