Asombro y desencanto de Jorge Bustos Tauler
Meditas un rato sobre el carácter francés, que te han dicho que no mezcla históricamente con el español. Me refiero al francés de provincias; o sea, al francés verdadero, porque el parisién es otra cosa, o eso dicen (claro que sí !). No has conocido franceses suficientes, de modo que proyectas sobre ellos la dureza del aragonés, la sobriedad del castellano y el senequismo del andaluz.
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