El corazón de Inglaterra de Jonathan Coe
Esa noche Inglaterra parecía un lugar relajado y asentado, un país que se siente cómodo consigo mismo. [...] Todo iba bien. El río parecía estar de acuerdo con él: el río, que era el único que todavía alteraba el silencio, con su incansable fluir, burbujeando y ondulándose en la noche, con alegría, alegría, alegría, alegría.
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