Las crisálidas de John Wyndham
Dios no tiene la última palabra. Si la tuviera ya estaría muerto. Pero no está muerto: cambia y crece, como todo lo vivo.
|
Las crisálidas de John Wyndham
Dios no tiene la última palabra. Si la tuviera ya estaría muerto. Pero no está muerto: cambia y crece, como todo lo vivo.
|