Las uvas de la ira de John Steinbeck
... el enviado decía: el Banco, o la Compañía, necesita, quiere, insiste, debe recibir, como si el Banco o la Compañía fueran un monstruo con capacidad para pensar y sentir, que les hubiera atrapado. Ellos no asumían la responsabilidad por los bancos o las compañías porque eran hombres y esclavos, mientras que los bancos eran máquinas y amos, todo al mismo tiempo.
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