La vieja guardia nº 01/06 de John Scalzi
No se puede detener el envejecimiento. Las terapias genéticas, la sustitución de órganos y la cirugía plástica libran una buena batalla, pero la vejez te alcanza de todas formas. Consigues un pulmón nuevo y a tu corazón se le fastidia una válvula. Consigues un corazón nuevo, y el hígado se te hincha como una piscina hinchable. Te cambias el hígado y una embolia te provoca un jamacuco. Ése es el as en la manga de la edad: todavía no pueden sustituir los cerebros.
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