Cuentos de John Cheever
Los Crutchman eran tan felices, tan extraordinariamente felices, y tan moderados en todas sus costumbres, y todo lo que les pasaba les parecía tan bien que uno se veía obligado a sospechar la existencia de un gusano en su sonrosada manzana, y a imaginar que el llamativo color de la fruta no tenía otro objeto que esconder la gravedad y la extensión de la enfermedad. (El gusano en la manzana) |