Mi hermano se llama Jessica de John Boyne
Cuando hablé con jóvenes transgénero para escribir esta novela, me impactó su valentía pero sobre todo su honestidad. Necesitan vivir de la manera más auténtica posible —ser como realmente son, mantener su verdadera esencia—, y eso requiere muchas agallas en una sociedad que puede ser cruel con cualquiera que no encaje en su estrecha definición de género. La gente teme lo que no entiende. Pero, cuanto más se educa uno en un tema, más se da cuenta de que no hay nada que temer.
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