El núcleo del sol de Johanna Sinisalo
La primera vez que vi el sótano fue después de la muerte de Aulikki. Era como si, en mi interior, aun pequeño sol se hubiese convertido en un agujero negro, derretido la materia gris de mi cabeza y formado un camino hacia una estancia en algún lugar al otro lado. Se había creado una cavidad de paredes lisas, una caverna abierta y resonante en la que vivía algo más oscuro que el espacio que separa las estrellas. La oscuridad del Sótano estaba viva y la muerte era su fuente de poder. Las aguas negras se agitaban en su fondo y empezaban a subir. |