Apollyon de Jennifer L. Armentrout
Mientras hablaba, recordé las visiones del pasado de Seth que había visto cuando Desperté. Visiones de Seth de pequeño, con su piel dorada y rizos rubios, jugando junto a un arroyo o sobre un juguete en una enorme habitación llena de muebles de aspecto incómodo. Siempre estaba solo. De todas aquellas noches en que se despertaba llorando tras una pesadilla y nadie iba a consolarlo. De todos aquellos días en los que la única persona a la que veía era a una niñera tan insensible como su madre. Nunca conoció a su padre.
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