Las vírgenes suicidas de Jeffrey Eugenides
Seguían celebrándose funerales, pero no se enterraba a los muertos. Los ataudes se iban acumulando junto al trozo de tierra que había que excavar, los curas pronunciaban panegíricos, se vertían lágrimas, pero después los féretros eran trasladados al depósito a la espera de su definitivo destino.
|