Sobre la muerte de un perro de Jean Grenier
Admiro la paciencia de los animales. En cuanto comprenden que no tienen alternativa, se pliegan a la ley de los elementos o del hombre, que para ellos es la misma. Aguardan. Pero ese tiempo de espera no es tiempo perdido, como en nuestro caso, que agotamos nuestras fuerzas conjeturando un porvenir que se nos escapa.
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