Correo no deseado de Jazmín Carballo
-Te leo y nos veo. Despiertos, abiertos, hambrientos. Hambrientos de nosotros, de querer comer el uno al otro, de alimentarnos el uno al otro. De ser el incendio y no parar de brotar. Nos brotaba todo. ¿Dónde habrán quedado esos dos?
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