Tumba de Dioses de Jay Kristoff
-Domina tus putas joyas de la corona -dijo-. Puede que tu madre te criara para tratarnos a todas como florecillas delicadas, o puede que solo sea que piensas con la polla. Pero en la arena no hay chicas. No hay madres, ni hijas, no hay hijos, ni padres. Solo hay enemigos. Como dediques un momento a preocuparte de lo que tiene tu rival entre las piernas, te separarán la cabeza del cuerpo. ¿Y de que te servirá entonces tu estúpida polla?
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