Emma de Jane Austen
Las más puras simpatías, los más nobles instintos son perseguidos, calumniados, y si dos infelices almas, a la postre, se tropiezan, todo se halla dispuesto para que no puedan unirse. Lo intentarán, sin embargo. Batirán sus alas, se llamarán, y tarde o temprano, a los seis meses, a los diez años, conseguirán reunirse y amarse, porque así lo exige el destino y porque han nacido la una para la otra.
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